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Centroamérica muestra sus primeras cartas

Yenifer Márquez

Actualidad Económica (fuente original)

Abril 2003

Centroamérica presentó la propuesta y contrapropuesta regional a Estados Unidos, en el marco de la III Ronda de negociaciones en El Salvador. Las posiciones regionales fueron concertadas a partir de la contrapropuesta que hizo Estados Unidos durante la segunda ronda de negociaciones en Cincinatti. Centroamérica muestra sus primeras cartas en esta etapa del proceso.

En la segunda ronda, el país del norte presentó aproximadamente el 80% de sus propuestas, entre ellas, el tema de textiles, propiedad intelectual y dejó entrever algunas de sus necesidades en el tema agrícola. Los centroamericanos presentaron, en la tercera ronda, propuestas y contrapropuestas relacionadas con comercio de bienes, servicios, comercio electrónico, inversiones, propiedad intelectual y solución de controversias.

Miguel Lacayo, ministro de Economía de El Salvador, dijo que “en los últimos meses se ha avanzado el 77% en torno a la armonización y en lo que resta del año tienen planeado llegar a 100%. Los planteamientos de cada país serán discutidos por el Consejo de Ministros de Economía de Centroamérica (COMIECO) en una próxima reunión”, concluyó Lacayo.

Agricultura genera temores y oportunidades

Dentro de este proceso de negociación, el sector agrícola es uno de los más sensibles y ambas partes comienzan a mover sus piezas. Evidentemente, los sectores más sensibles, tanto positiva como negativamente (refiérase al artículo sobre Ganadores y perdedores en pag. XX), han sido los más proactivos en organizar actividades para discutir el impacto del TLC y elaborar posiciones como región. Destacan organizaciones como las federaciones centroamericanas y del Caribe de: avicultores, sector lácteo y porcicultores. También la Asociación Centroamericana de Arroceros y la de Azucareros, entre otros.

El más constante desvelo del sector agroalimentario de Centroamérica es que tendrán que competir en el mercado nacional y regional con productos altamente subsidiados, como arroz, carnes y productos lácteos. La protección arancelaria promedio en Estados Unidos es de un 5.4%, los mayores niveles de protección la tienen muchos productos agrícolas, donde se combinan, además, instrumentos como los contingentes arancelarios, que permiten controlar el acceso a productos sensitivos para este país.

Esta política proteccionista se pone aún más en evidencia con la señal enviada por Estados Unidos después de la puesta en marcha de la “Ley de seguridad agrícola e inversión rural del 2002” en mayo del 2002, que reserva US$190.000 millones para el sector agrícola y que representa solo un 2% del PIB.

La otra gran preocupación es que si bien el mercado estadounidense brinda grandes oportunidades y el acceso prácticamente libre de aranceles, se deben enfrentar con barreras no arancelarias (contingentes arancelarios, barreras técnicas, medidas sanitarias y fitosanitarias, etc.) que en algunos casos son aplicadas con discrecionalidad y poca transparencia. Productos de interés para la región, como azúcar y café, se han visto limitados por este tipo de medida en el acceso al mercado a Estados Unidos y preocupa también que estos no se vean favorecidos dentro del TLC.

La competitividad es otro de los factores que el sector ve con preocupación, aunque en general se piensa que se deben hacer esfuerzos necesarios para mejorarla, así como aumentar la inversión en capital humano e infraestructura y considerar en las negociaciones a los sectores más vulnerables de la economía.

Oportunidades de negocios en Estados Unidos

Si bien hay temores, lo cierto del caso es que Estados Unidos es un socio comercial muy atractivo, pues el 40% de las exportaciones de la región tienen como destino este país. La firma de un TLC con el país del norte nos garantizaría el acceso a un mercado de gran tamaño, con alto poder adquisitivo, diversificado y seguro, porque las preferencias comerciales que contiene la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) expiran en el 2008 y su renovación está sujeta a revisiones periódicas y a la aprobación del Congreso de Estados Unidos. Un TLC implica reglas mutuamente acordadas y legalmente vinculantes para las partes y es el principal argumento expresado por representantes gubernamentales y del sector privado alrededor de esta negociación.

Las cifras del comercio agroalimentario entre Estados Unidos y Centroamérica es el mejor argumento para buscar la seguridad de este mercado, según se desprende de una investigación realizada por la Secretaría del Consejo Agropecuario Centroamericano. Y es que Centroamérica tiene a su favor una balanza comercial positiva en términos de intercambio. Los principales productos de exportación son productos tropicales frescos y productos básicos o commodities. El principal destino de las exportaciones agroalimentarias de Centroamérica es Estados Unidos ( un 43% en promedio) y el 41% de importaciones del sector agroalimentario provienen de los Estados Unidos, siendo Costa Rica y Honduras quienes más importan de este mercado.

Es por esto que a pesar de los temores que manifiestan algunos productores agrícolas, el TLC con Estados Unidos evidentemente es una oportunidad que Centroamérica no puede dejar pasar, pues si se espera al ALCA –como algunos han propuesto– no se tendrá la misma capacidad de convenio una vez que esté en la mesa de negociación Brasil. Muy bien ejemplificó Arturo Condo, del INCAE, este caso al decir que “cuando dos elefantes se pelean, el único que sufre es el pasto”. (No estiendo)

Sin duda, la tarea para los negociadores centroamericanos no es fácil, tanto Estados Unidos como Centroamérica intentan sacar ventajas para sus países, las posiciones tendrán que irse acercando poco a poco y aunque en esta Tercera Ronda se presentó la posición regional más o menos unificada, le corresponde a Centroamérica mostrar las cartas y a los negociadores fortalecer la posición regional en pos de un acuerdo comercial positivo para el Istmo.

¿Qué es el FARM BILL?

Forma parte de la política federal de apoyo a la agricultura y la alimentación de Estados Unidos. Se ejecuta a través de dos vías principales: i) los programas de servicios del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) con cargo a los presupuestos anuales del Gobierno Federal y; ii) las asignaciones a programas específicos adicionales, aprobados por el Congreso Federal, conocidos como la Ley Agrícola o el FARM BILL.

La Ley sobre Seguridad Agrícola e Inversión Rural del 2002 es lo que se conoce como el FARM BILL. Fue firmada el 13 de mayo del 2002 por el Presidente George W. Bush.

La ley comprende más de 400 artículos. Abarca integralmente diferentes aspectos de la producción agrícola, el comercio internacional, la conservación ambiental, la nutrición, el desarrollo rural y la ayuda frente a desastres. Tiene vigencia para el período 2002-2007. Su costo fiscal neto se ha estimado en un monto superior a US$110 mil millones (alrededor de US$15 mil millones por año).

Esta ley incluye pagos directos a algunos productores de cereales y oleaginosas, la institucionalización de los pagos por emergencia, la utilización de medidas contracíclicas basadas en el precio internacional de los productos, la continuación de los programas especiales en lácteos y azúcar, pagos para conservación ambiental, promoción y mercadeo y para la ayuda alimenticia en el exterior.

Fuente: COMEX

La sensibilidad del sector agroalimentario centroamericano

La agricultura ha sido identificada como el sector de mayor sensibilidad en las negociaciones del TLC con Estados Unidos y donde se identifican grandes asimetrías, no solo en las dimensiones de los mercados, sino también en lo que ha sido tradicionalmente la protección de la agricultura estadounidense. Por ejemplo, en este país del norte, productos como los agroalimentarios, del tabaco, calzado y textiles tienen los aranceles más altos; mientras que la carne de res, los lácteos y el azúcar están sujetos a contingentes arancelarios.

Aunque la región es exportadora de productos agroalimentarios al mundo y principalmente en los productos tropicales con respecto a Estados Unidos, las importaciones de cereales, soya, productos lácteos, frutas y vegetales y algunos productos cárnicos desde el país del norte han venido creciendo, desplazando la producción local y afectando muchas cadenas productivas.

Aunque en un principio se creyó que la lista de productos sensibles de Estados Unidos era solo para productos básicos o commodities, lo cierto es que más se agregan a la lista, tal y como se observa en el cuadro adjunto.

FUENTE: La negociación del TLC Estados Unidos-Centroamérica: temas de interés para el sector agropecuario.

Productos sensibles para Centroamérica y para los Estados Unidos
CENTROAMÉRICA
Granos básicos: arroz, maíz, frijol
Productos cárnicos: aves, bovinos y cerdo
Productos lácteos
Azúcar
Café
Banano
Maní
Legumbres como cebolla y papas
ESTADOS UNIDOS
Cereales: trigo, maíz, arroz y granos forrajeros
Productos cárnicos
Productos lácteos
Azúcar
Leguminosas de grano
Determinadas frutas y verduras
Maní
Algodón
Semillas oleaginosas
Miel
Lana

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